Consejos para solteros cristianos: Lo que nadie se atreve a decirte

Vamos a salirnos un poco de la temática principal de nuestro sitio para tocar un tema que muchas veces se ha tratado en redes sociales y siempre de una u otra forma es tocado de manera muy superficial, hablando únicamente de la punta del Iceberg. Existen en la actualidad muchos cristianos que aun permanecen esperando su pareja ideal, la que Dios tiene para ellos, que ya tienen una edad para casarse, incluso recursos, un buen trabajo y sin embargo, nada de nada… ¿Qué puede estar pasando? En este articulo compartiré una serie de consejos sobre algunos errores que posiblemente necesitas corregir y que están siendo de tropiezo para que llegue esa ayuda idónea que tanto estas esperando.

Antes de empezar debo decirte que todo esto esta basado tomando en cuenta un principio fundamental: Dios te ama. Por lo que el desea lo mejor para ti, incluso cuando eso mejor signifique que estés solo. Dios conoce nuestro corazón de una forma completa, incluso, conoce aquellas cosas que nosotros creemos ser incapaces de hacer, pero que si somos sometidos a una prueba en eso seguramente no pasaremos el examen. El lo sabe y nos cuida de ello y aunque nosotros pidamos muchas cosas, El no nos lo dará hasta que estemos realmente preparados para sobrellevarlo. No esta demás decir que una de estas cosas es la relación de pareja, el matrimonio y la familia.

Un alto concepto de nosotros mismos

 Este es el común denominador presente en casi todos los casos. Al referirme a un alto concepto, no estoy hablando de autoestima, sino a esa creencia de que nosotros sobresalimos por encima del resto de la humanidad y que por lo tanto, la persona ideal para nosotros debe llenar una serie de requisitos para poder ganarse el derecho a postularse a una elección en nuestra vida. Esta es una creencia bastante infantil y fuera de la realidad. El cristiano que piensa así no se da cuenta que el también es una persona imperfecta y que en lo mas profundo de su ser el espera que su espos@ sea capaz de comprender y amar esta imperfección, pero sin embargo el no es capaz de echar a un lado ese filtro hacia otros, por lo que termina siendo un tropiezo para llegar a conocer genuinamente a esa otra persona. Todos anhelan ser amados, pero pocos quieren amar; todos quieren ser comprendidos, pero nadie quiere comprender; por lo tanto viven esperando lo que no es real y por eso nunca les llega.

Lo que soy en la intimidad esta bloqueando esa manifestación

Este es otro de los puntos mas comunes, y se trata de algo que tiene que ver mas con lo que Dios aprueba de mi y de lo que permite en mi vida. Dios como Padre amoroso no desea que vivamos malas experiencias, aunque quizás nosotros muchas veces las propiciemos, en muchos casos nos mostrara su amor, cuidándonos incluso de nosotros mismos y de nuestras malas decisiones.

Solemos creer muchas veces que estamos preparados para tener un espos@, una familia, etc; pero quien realmente conoce si esto es verdad es Dios. Una forma fácil de probar quienes seremos cuando tengamos a nuestra pareja es por ejemplo analizar el trato que actualmente tenemos con nuestros seres queridos mas cercanos. Si por ejemplo, en el caso de los hombres con mi madre o mi hermana a quienes conozco de toda la vida y que conocen todo de mi soy capaz de comportarme egoístamente, cruel y obstinado, es muy seguro que así mismo termine tratando a mi futura esposa. En el caso de las mujeres, si no soy capaz de tener respeto hacia mi padre o mi hermano o algún ser querido muy cercano; esa misma toxicidad la trasmitiré a mi relación. Puede suceder que los primeros días esto no ocurra, porque se esta en el primer amor, en la etapa de la seducción, donde todo parece perfecto, pero una vez esa etapa sea quemada, la relación puede volverse un verdadero infierno.

Esto Dios lo sabe, porque nos conoce mejor de lo que nosotros nos conocemos, el sabe lo que realmente podemos llegar a ser y de antemano nos cuida de eso. Por eso, puede impedir que una relación llegue a nuestra vida hasta que el trabaje sobre todas y cada una de estas áreas para hacernos realmente aptos para una relación. El no desea arruinar la bendición que significa el matrimonio, el quiere que vivamos la mejor experiencia de ello y hará todo lo posible para que esto ocurra.

El niño o la niña que se niega a crecer

Muchas veces solemos tomar las relaciones de pareja como una aventura romántica, demasiado infantil y despreocupada. Queremos vivir siempre en una eterna primavera, pero la realidad es que una pareja debe estar preparada para afrontar noches terribles y fríos inviernos. En este sentido, si quiero la primavera en mi vida, debo estar dispuesto a aguantar el invierno, o simplemente no tendré ninguno de los dos.

Las relaciones, el matrimonio no son un juego ni tampoco una novela romántica donde todo es color de rosas; mas bien es una realidad donde participan dos personas, con sentimientos diferentes, de carne y hueso, que pueden ser lastimados y heridos y que necesitan de alguien que comprenda la importancia de esto. ¿Serias capaz de darle un arma de destrucción a un niño? De ninguna manera, esta responsabilidad solo es para personas maduras, que comprenden la importancia de ello, y con madurez no me refiero a la edad, sino al echo de comprender y valorar estos principios y de tener una conciencia muy clara de lo que representa.

Si lo que tu amas es divertirte, hacer cosas de adolescente, tener tu espacio de 4 x 6 en tu cuarto donde te encierras en tu mundo, donde nadie mas puede entrar a invadir tu privacidad; entonces no busques una relación porque sencillamente no estarás preparado. Las relaciones implican un acercamiento social, salir de nuestra comodidad muchas veces y estar dispuesto a dejar nuestro espacio para cederlo a otro. Una relación seria y sobre todo «duradera y estable» solo la pueden llevar personas que ya hayan aprendido a sostener a otras personas, que ya sepan lo que significa hacerse cargo de un hogar, de cada una de las responsabilidades y que tengan este valor bien marcado. Si por alguna razón un niño asume la responsabilidad de un hogar, terminara destruyéndolo o haciendo muy infelices a otros al tener que aguantar sus berrinches, quejas y poco apoyo real.

La incapacidad de tomar decisiones cruciales

Asumir un reto, significa estar dispuesto a arriesgar; pero de ninguna manera estos riesgos deben estar basados en lo que abiertamente no nos conviene. Cuando hablamos de arriesgar no debemos hacerlo dejando a un lado lo que Dios en su Palabra nos aconseja, al contrario, ese debe ser nuestro primer punto de partida.

Sin embargo, si tenemos en cuenta este primer consejo, entonces debemos estar preparados para el segundo y es asumir el riesgo de tomar decisiones y de no tener miedo al futuro. Muchos hijos de Dios ya han conseguido una pareja que comparte su fe, que vive una vida de testimonio, pero no son capaces de asumir el riesgo porque le temen al fracaso o porque su niño interior no es capaz de enfrentar ese reto. Este caso es lamentable, sobre todo en creyentes que ya tienen muchos años cargando con esta cruz, no se han dado cuenta de que el temor los ha vuelto cobardes y de que están detenidos en el pasado viviendo una vida que ya debieron haber superado, todo por el miedo al futuro, a si mismos y a lo que otros puedan decir de ellos.

Un entorno social escaso

La verdad es que es muy difícil encontrar a alguien escondido o que abiertamente no quiere ser encontrado. Este punto es muy curioso, pero no deja de ser cierto, ya que existen muchos hijos de Dios que realmente esperan que alguien venga a sacarlos de donde están escondidos e invitarles un helado o proponerles una cita. Esto puede ser posible, pero en el 98 % de los casos no sucederá así.

Para poder conocer a personas, necesitas interactuar con personas, tener un grupo de amigos en la Iglesia con los cuales puedas pasar momentos especiales y allí poco a poco ir conociendo amistades que luego puedan transformarse en amigos mas cercanos hasta el punto de crear una conexión. No se trata de que vayas por ahí con un letrero diciendo «necesito a alguien con quien compartir», se trata de que si no eres capaz de tener amigos ¿Cómo esperas tener una pareja, cuando la amistad es el primer paso?.

El ser demasiado cerrad@ no te ayudara en nada y de hecho Dios no quiere que seamos ermitaños sin capacidad de simpatizar con otros, especialmente cuando hemos sido llamados a ganar almas, a predicar el evangelio; el no esta buscando teólogos que se paren en un pedestal a dar sermones, sino a gente que pueda empatizar y conectar con la necesidad de otros, y esto solo se aprende socializando.

Saber que es lo que quieres

Es fundamental que sepamos desde un punto de vista consiente y real que es lo que deseamos encontrar, para ello es preciso orar a Dios para que nos ayude a escoger lo que es mejor para nosotros y no lo que nosotros pensamos, porque muchas veces podemos estar esperando algo que no necesitamos en nuestra vida o que realmente no complementara nuestro ser de cara a la familia, a nuestro llamado, etc. En esto debemos pedir sabiduría y podamos ver lo que realmente el Señor quiere que veamos y deseemos. Es importante para estar felices y satisfechos una vez lo recibamos en nuestra vida.

Por ahora, voy a dejarlo hasta aquí, aunque existen mas puntos sobre los que pudiéramos hablar. Cada uno de nosotros necesita orar a Dios para que nos ayude a corregir aquellas cosas que nos están deteniendo en nuestra relación, en nuestro ministerio, en nuestro trabajo, etc. Por ahora, tomate un tiempo para reflexionar y ver si tu estas en alguno de estos casos. Déjame tu opinión o comentarios, estaré encantado de recibir tu feedback.

Dios te bendiga grandemente!